Resulta que en esta sociedad que vivimos ya muchos han dejado de pensar por sí mismo, o son rehenes mediáticos de un sistema de noticias y bulos manipulados hasta lo impensable, o ni siquiera eso, simplemente han perdido la referencia de dónde están. Están desubicados.
Hay gente, incluso currantes pobres y nómina dependendientes, que se rasgan las vestiduras cuando sube el salario mínimo, o se propone cualquier mejora laboral. Ellos, con el único sustento de sus nóminas, comienzan a decir que es que si suben aquí las empresas esto y pobrecitas por aquello, o los empresarios lo otro y les va a costar no se que, que no pueden, que les asfixia y que se jode la economía. (Pensamientos que jamás tendría un empresario, banco o élite para con ellos si las medidas no fuesen para su beneficio)
Currantes pobres velando y anteponiendo sus intereses a los de los millonarios y poderosos. Sueño húmedo del buen liberal.
El problema viene al aplicar la vara de medir.
Ya que esos mismos que se rasgan la camiseta “a lo Montoya”, luego te hacen grafiquitos de colorines muy guays, dónde te dicen que en 1990 un café costaba 70 pesetas y hoy vale dos euros y pico. Y te dicen: “ves loser, han subido los precios un 54646% , y tu sueldo no ha subido nada”.

¿Entonces en qué quedamos?
¿Está bien o está mal que te suban el sueldo?
Porque lloran por el incremento de los precios de los productos y bienes de consumo, y luego si suben el sueldo para tener más poder adquisitivo también les parece mal.
Y yo me pregunto…¿Cómo es que no les da por criticar al mercado, economía, capitalismo, al sistema en si, por no controlar los precios acorde al nivel de vida?
Recordemos que los precios no los fijan los gobiernos. Los precios los fija el libre mercado, el liberalismo económico reinante, la economía de mercado, o el capitalismo, lo puedes llamar cómo quieras (La mano invisible como diría el bueno de Adam Smith)
¿Entonces por qué nunca se critica ese modelo de economía y financiero?
Vemos que las críticas en cuanto a subida de productos van asociados a “los productos sufren chorrocientos por ciento y su salario cero, la gente se empobrece, esto es un escandalo” y luego si te suben el salario “no se puede subir los salarios porque jode la economía bro”. Son mensajes totalmente contradictorios.
Yo creo que hay que aclarar varios conceptos.
Resulta que vivimos en un mundo de libre mercado, por concretar diremos “economía de mercado”, no vamos a llamarlo capitalismo que muchos se asustan y te tachan de comunista bolivariano. Pues resulta que en una economía de mercado entre otras cosas, las empresas y da igual su naturaleza, se basan todas en una cosa: la búsqueda de máximo beneficio a toda costa y minimizar costes (normalmente a base de explotar a los empleados).
Bien, teniendo claro algo tan básico cómo que las empresas se basan en la ganancia masiva a toda cosa, hay que recordar que vivimos en un mercado que busca entonces el crecimiento como premisa principal, cada año más y más, superar beneficios y ganar más.
Crecen los beneficios anuales, las empresas baten récord de ganancias año tras año, crece la bolsa, suben beneficios los bancos y sube el PIB, y por tanto vamos siempre (en términos económicos) en busca de más y más. Eso se refleja también en los precios (y no hablo de inflación) sino de subidas de productos directamente que afectan al consumidor. Subidas tras las cuales la única motivación (o excusa) es la de mantener beneficios o superarlos.
Por lo cual, el stand de precios que encontramos en cualquier sitio, se alinea y corresponde a la filosofía de la economía de mercado, la que reina en este mundo liberal. Suben beneficios y suben precios, y casi siempre ambas van de la mano.
Entonces hasta aquí tenemos un mundo empresarial que gana cada vez más, y productos que van siendo más caros por la máxima de ganar más. Sentido común vamos.
¿Y qué pasa?
Que tras tiempo congeladas o con subidas irrisorias de salarios, alguien decide subir el salario mínimo. Entonces de repente eso es “una maldita barbaridad que destrozara la todopoderosa economía de mercado y morirán de hambre cientos de empresarios generadores de trabajo”
Resulta que podemos tener un tejido empresarial basado en las subidas de beneficios, un tejido productivo que va al alza en precios, pero no podemos tener una masa trabajadora que gane más y tenga mejor acceso a esos propios bienes de consumo.
Necesito que algún economista experto me lo explique por favor.
Cómo análisis final, me fascina cómo la clase trabajadora se suma a las premisas de “subir salarios es imposible” (o cualquier mejora laboral cómo horarios más conciliadores) y olvida el foco del incremento del coste de la vida.
Es decir, a nadie se le va a ocurrir decir; que si la economía de mercado no actuase cómo un ente voraz en busca de superar beneficios, a lo mejor no se disparaban los precios. O preguntarse por qué el sistema es así, y nunca para de buscar crecimiento de una manera sostenible. O tal vez deberíamos apuntar con más precisión a la hora de buscar responsables y decir ¿Quiénes son los encargados y culpables de la subida de precios? ¿Por qué las empresas y la economía de mercado (que pagan salarios y fijan precios) congelan unos e incrementan otros?
Un ejemplo reciente.
Hace un año, la gasolina se disparó de precio. La gente puso el grito en el cielo contra ello, y apuntó al gobierno. Que está bien, no digo que esté mal, tiene parte activa entre otras cosas del correcto funcionamiento de la economía.
El gobierno tiene hasta cierto punto poder para determinar los precios o intervenir en el mercado. Puede modificar el IVA, puede ayudar o incentivar, negociar con patronales, o puede nacionalizar el ente que está descabalo y entonces sí, fijar él los precios (cómo gobiernos autonómicos con servicios cómo el transporte público).
En el caso de la gasolina intervino de dos maneras, rebajó el IVA en aquel momento e incentivo con varios céntimos por litro consumido. Ya está, poco más puede hacer (y no es una defensa al gobierno ni mucho menos), la reflexión es que la gente continuó diciendo que el gobierno debía hacer algo. ¿A nadie se le ocurrió ir a manifestarse a las sedes de Repsol, Cepsa, Shell o cualquier comercializadora de gasolina a montar un pollo y decir que basta de esas subidas?
Creo que mucha gente se negaba a ver o entender que el poder del gobierno para influir en la economía es bastante limitado en algunas ocasiones, y eso es una vergüenza para el ciudadano que tiene un poco de sentido común, ya que deja en evidencia que el control económico escapa a su poder (el de elegir gobiernos) y recae en manos de gente a la que no se vota nunca y no responde ante nadie.
¿Cómo es posible que las comercializadoras de gasolina disparen los precios (sin saber siquiera la justificación, que puede ser cierta o no) y nadie, absolutamente ningún medio o persona de cierta importancia mediática les apunte?
La respuesta es la de siempre: los poderosos son intocables.
Volvamos al hilo y cerremos el tema.
Cómo decía al principio, creo que cómo clase trabajadora estamos desubicados. Nos matamos entre nosotros por ajustes de salario mínimo (y dar gracia que sin salario mínimo estaríamos en un mundo más liberal y trabajamos sin garantías de un salario digno) y en vez de abrir debates de cómo las cosas han subido tropecientos euros en veinte años. Quizás, nosotros, los nóminas pendientes deberíamos mirar a quién maneja la barca (cómo diría Remedios Amaya), quién mueve la economía y cómo, quién fija esos precios, quién nos dice que no podemos ganar más pero si pagar más.
El sistema nos escupe diariamente a la cara y muchos sonríen ante el lapazo. Te dicen que no puedes ganar más, o no puedes tener jubilación, o que tu mejora laboral jodera la economía, y te dicen que pienses en las repercusiones que cualquier medida tendrá sobre las empresas y el mercado, y también te dicen que hay que pagar más, y más intereses hipotecarios, y te dicen que mires por la bolsa, por la economía de las grandes multis, que pienses en los inversores extranjeros, en los bancos, y sobre todo te dicen que las cosas son así. Que se va hacer…
Y ese es el mayor peligro del sistema, un sistema que crea rehenes y les hace pensar que las cosas son así y no se pueden cambiar.