La calle de la Agonía

¡Sí, sí, amigos, volvemos al tema de la informática peste! Hoy vengo a hablaros del Agonías, un perfil muy común en el mundo de oficina y del que no hemos hablado nada prácticamente. Seguro que alguno habéis sufrido a algún Agonías, o lo seguís sufriendo, hoy veremos cómo identificarlos, cómo tratarlos, intentar vivir con ellos, y que sus canguelos y angustias no nos hundan la vida.

La calle de la Agonía
¿Qué es un Agonías?, pues es un trilero, y sí, es un perfil que no encontraremos en gente de cargos menores, es un perfil que encontraremos en jefes que ostentan cierta responsabilidad sobre un grupo de gente. Pero no es un trilero más, no, es un trilero que vive constantemente con pánico y miedo atroz a que algo salga mal. Le aterra cometer o que su gente cometa cualquier mínimo desliz, pasa noches en vela revisando mentalmente que todo lo relacionado con el proyecto esté en orden, y ante la mínima duda pasará una vigilia investigando para posteriormente atormentar a su gente con sus neuras y miedos (estudios de la universidad de mis cojones al ajillo demuestran que el 99% de estos miedos y terrores nocturnos son infundados y son sólo fruto de su fantasía enfermiza).

Características
El Trilero Agonías, se caracteriza por ser un plomazo, que te pide una y mil veces que revises cualquier tontería, incluso cosas que no fallan y llevan tiempo funcionando bien, de pronto un día le entra un pavor descomunal y te monta tres reuniones especiales, y te da la murga una semana entera para que revises algo que sólo puede traer problemas en su mente.
Pero no solo ésto, el trilero Agonías, ante cualquier petición de trabajo o incidencia, activa el modo “cagómetro” y lo sitúa en torno al 90% (estudios confirmados por la prestigiosísima universidad de los Isótopos de Albuquerque). Es decir, ante cualquier demanda de trabajo su agobio es brutal, quiere tenerlo todo controlado, y para ello abrasa a sus empleados y subalternos con correos y reuniones, repetitivas y recalcitrantes, donde puede llegar a repetir en torno a 15 o 20 veces lo que hay que hacer, lo que hay que revisar, y su mismo speach una y otra vez.
Es una manera de calmar su agonía, repetir y repetir reuniones y discursos absurdos muchas veces. Pongamos como siempre un ejemplo: Llega una incidencia.
El Agonías: ¡Horror!, ¡Drama!, ¡Terror!, ¡Devastación!, tenemos una incidencia nueva, mañana probablemente se acabe el planeta porque explote el núcleo de la Tierra ya que no han podido dar de alta el expediente 8923894.
El programador: Ya vi la incidencia, la estoy mirando parece poca cosa…y seguramen…
El Agonías : ¡Por Dios! ¡Cielo santo!, ¡alguien tiene que hacer algo, me cago en la puta! Hay que arreglarlo ya antes de que colapse toda la internet y se caigan los satélites que orbitan alrededor de la Tierra…
El programador: Sí, tranquilo, ya te he dicho que creo que sé dónde esta el problema y es poca cosa, voy a revis…
El Agonías: Por favor, por favor, atención chicos, atención gente…. dime que lo tienes controlado, dímelo, estamos a punto de cagarla, nos van a despedir a todos como la cagues, esto es una mierda, una puta mierda, tienes que asegurarte por favor, es muy importante.
El programador: Sí, sí, ok, dame 10 minutos, lo reviso todo y te llamo.
10 minutos en los que el programador constata que no ha podido dar de alta el expediente porque el perfil del usuario tiene un flag a N y hay que cambiarlo a S. 10 minutos en los que el  Agonías se revuelca por el suelo gritando de dolor ante la punzante sensación de tener una incidencia que le está quemando el alma. Mientras da gritos y alaridos, la mujer al pasar le ve rebozándose en la alfombra y tirándose de los ropajes a punto de desgarrarlos y le pregunta “¿qué mierdas pasa? ¿otra incidencia, verdad?” el trilero Agonías sólo puede asentir entre lágrimas y con los ojos inyectados en finas venas rojizas.
El programador: Ya lo tengo, es hacer un update y listo.
El Agonías: ¿Seguro?
El programador: Sí, sí, es eso.
El Agonías: Mira…que si la cagamos estamos jodidos y todo esto se va a la remierda.
El programador: Es un flag que no estaba activado por ser usuario nuevo.
El Agonías: ¿Seguro?
El programador: Sí.
El Agonías: ¿Lo has revisado bien?
El programador: Sí.
El Agonías: No podemos cagarla con esto, ¿vale?
El programador: Ok
El Agonías: revísalo mejor ¿vale?, otra vez, y haz pruebas en otros entornos, y por favor revisa todo bien..
El programador: Es un update sólo, de un campo, de una fila.
El Agonías: Joder no podemos cagarla, vamos a hacer lo siguiente, monta el script, se lo pasas en entorno de pruebas y luego paásaselo a todo el resto del equipo que lo revisen por si las moscas, que no quiero problemas….
El programador ya ni discute, es un maldito update más fácil que cagar sentado, pero el Agonías siente esa quemazón por dentro. Una tontería que se soluciona en 3 minutos va a llevar varios días, ya que el script se lanza y prueba en varios entornos (el Agonías exige reprobar todo el módulo entero y todas su funcionalidades), y no sólo por el programador, sino por el resto de compañeros (los cuales deben dejar sus tareas de lado para atender a la agonía). No contento con ello, cuando está a punto de pasar a producción, al Agonías le entra otro ataque y lo quiere volver a reprobar todo, porque la noche anterior soñó que explotaban los servidores y se jodía todo.
Pero la broma no acaba aquí, de un puto update, el Agonías se da cuenta que los usuarios nuevos pueden tener cualquier otra cosa relacionada y moviliza en 4 reuniones diarias a todo el equipo para discutir los problemas que pueden tener los usuarios nuevos (realmente ni se ha reportado problema, ni hay incidencia, pero les abrasa a todos con sus terroríficas ideas de todo lo que podría fallar). Así que incluso, sin tener ningún fallo en el aplicativo, el Agonías jode a todo el equipo, no les deja trabajar, y les abruma con reuniones repetitivas y miedos totalmente infundados.
¿Cómo tratar estos perfiles de jefes cagones y angustiosos? Es complicado la verdad, el 78,67% (estudio nuevamente corroborado por mis pelotasmorenas) indica que los empleados finalmente abandonan la empresa y se cambian. Del resto, la mitad acaba internada en Arkham con una camisa de fuerza, y la otra mitad vive con el corazón en vilo esperando que sucedan todos esos terribles acontecimientos que sólo están en la cabeza de su trilero agónico.
Para intentar tratar con gente así hay que entender varias cosas. La primera es que puede ser una persona cagueta, insegura, que no sabe muy bien cómo organizarse, pero claro, también hay que entender que estos perfiles trabajan por objetivos, y cumplir objetivos significa incentivos. Si le han prometido que a final de año si arregla las incidencias en menos de X tiempo, y la aplicación no tiene más de X incidencias, le van a dar un plus de X dinero, es normal que el trilero viva en constante agonía por llegar a sus objetivos y tener ese plus que le garantiza el Audi y la casa en Marbella.
Es duro trabajar así, con gente con semejante desazón, esa pesadez, esa falta de seguridad, de orden, y el duro trabajo no sólo de desarrollar código y aplicaciones, sino de aguantar así. De ver cómo se te va el tiempo, las ganas y las energías en calmar un ego inestable que vive en base al miedo a cagarla constantemente. Al final, esa inseguridad se transmite al equipo. Y en el mundo de la informática, trabajar con inseguridad, con falta de información, con prisas, presiones, urgencias, agobios y sobre todo si es injustificado, sólo puede desembocar en una cosa: errores.

Conclusiones
Es paradójico, cómo alguien obsesionado con no cometer errores, acaba generando un ambiente de trabajo propenso a cometer errores.
Peeeeeerooo…seamos justos, por contra alguien así también te garantiza una cosa, que todo está más que revisado, y mirado mil veces. En este punto debemos considerar que ni una cosa ni la otra es lo correcto, ni alguien que pase totalmente, ni alguien que llegue a desmotivar a un equipo entero con su desazón. Un Trilero Agonías te lleva por la calle de su Amargura (que no tiene por qué ser la tuya) y acaba por desmotivar, porque se sucede el síndrome de Pedro y el Lobo, donde si todos los días hay mil cosas todas supermegaultraurgentes, y que son tonterías, el día que realmente falla algo chungo, pues ya la gente lo trata como “vale, que sí, otra mierda de las tuyas puto Agonías ” y no le preste la atención real que necesite.
Un trilero agónico es problemático, ya que no organiza y cataloga correctamente los impactos e importancias de los problemas que surgen a diario. Para él todo es la muerte en vida y el mundo se acaba en los próximos diez minutos.
El consejo final es el de siempre: recordad, el trabajo es sólo un intercambio de habilidad y tiempo a cambio de dinero (nada más), las horas regaladas no regresan jamás (jamás), y los jefes trileros son tus jefes durante ocho horas al día, no les permitas meterse en tu cabeza más allá de tu horario laboral.

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