Llega el verano, llega el mes de junio, los días largos y las tardes calurosas, y de paso para muchos trabajadores llega también la ansiada la jornada de verano. O debería. Digo esto porque es bastante común que unos días antes de la supuesta jornada de verano aparezca nuestro trilero jefe o el vigilator, y nos suelte algo así como “pues vamos fatal…id olvidando la jornada de verano eh! (palmada en la espalda), la cosa esta jodida y tenemos que arrimar el hombro, el cliente es muy importante y tenemos que llegar a tiempo”.
Casualmente ese que te suelta ese discurso es el mismo que llega a las diez de la mañana, se rasca las pelotas todo el día haciendo formulas inútiles en Excel, y se va a su hora mientras se despide agitando la mano desde su Audi descapotable. Sea como sea, la cosa es que la jornada de verano corre peligro y suele ser tema de debate, ya que muchas veces se intenta ningunear o suprimir impunemente, como si fuese algo natural; “este año no se yo la jornada uf!, habrá que ver si podemos hacerla pero no os aseguro nada chicos”.
Me gustaría aclarar antes de nada varios puntos; la jornada de verano viene establecida por un convenio que tiene firmada la empresa y los trabajadores (sus representantes), es decir, una repartición de horas anuales oficiales que se han pre acordado y repartido de tal manera que se acuerda tener dos meses de jornada de verano, por ejemplo. Normalmente esto funciona de la siguiente manera, durante la jornada de invierno se trabaja algo mas (media hora, una hora más a la semana) y se acumula para poder hacer jornada continua los meses de Julio y Agosto. Es decir, la jornada de verano no es un regalo de la empresa, no es un detalle de vuestro trilero por que le caigáis muy bien y le estés haciendo asquerosamente rico día a día, es algo que se ha firmado, acordado y trabajado de antemano. Por tanto cuando se plantea una supresión de jornada de verano lo primero que deberíamos tener en cuenta es como se va a compensar, es decir, si no tenemos jornada de verano lo que está pasando es que vamos a trabajar más horas (horas extra durante el verano, horas que sobrepasan el convenio de horas anuales oficiales) y mi consejo es que antes de asumir y aceptar esta modificación de nuestro horario, se solicite por escrito como será reajustado y cuál será la compensación o reajuste ( puede ser que nos compensen con días de vacaciones, pueden ser una pequeña paga por esas tardes, puede ser que cambien los meses de jornada a otro meses del año…), pero todo eso se debe tener acordado y atado antes de asumir el no hacer la jornada de verano y trabajar todas las tardes que no deberíamos.
Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es que si el empresario, perdón quiero decir el trilero, nos quiere cambiar el convenio y nuestra jornada de verano, está obligado a notificar con quince días de antelación cualquier modificación de nuestras condiciones labores, y nosotros podremos o no aceptarla, libremente sin coacción ni amenazas. No vale llegar el día antes de la jornada, que nos meta en una reunión Gestapo deluxe y nos diga “vamos fatal, no hay jornada, la empresa ha decidido que suprimir la jornada, os jodeis todos putos loosers”. En este caso, debéis revisar vuestro convenio, si tenéis jornada por convenio la empresa puede cantar una misa con botafumeiro de marihuana, que si lo tenéis firmado no tenéis por que acatarlo.
No digo que montéis una barricada, pero sí que si os sugieren cambiar la jornada de verano (dentro de tiempo y forma) lo que tenéis que hacer es pedir por escrito el cambio de esta condición laboral, y que quede reflejado como será compensado. He conocido casos en los que han engañado a cientos de trabajadores, sin nada por escrito ni pre aviso ni nada, llegar el trilero jefe y decir “mañana no os vais a las 15, la jornada se suprime por que vamos fatal de tiempo y mi audi traga mas gasofa cuando le piso que un sumo en un restaurante chino” y la gente simplemente asiente y traga. Esto es el sueño húmedo de cualquier trilero, y la pesadilla para el trabajador ignorante y desinformado. Ya que resulta que si por ley tienes que trabajar 1200 horas al año y el convenio las reparte de tal manera que dicta Julio y Agosto como jornada intensiva, si le haces caso a tu gerente sin rechistar ni reclamar nada, lo que sucede es que durante esos dos meses que deberías haber hecho jornada lo que has hecho es trabajar unas dos horas y pico gratis al día, con lo cual has trabajado más de esas 1200 horas (calculo que en dos meses de jornada de verano son unas 90 horas de más ; 22 días cada mes, por dos meses por dos horas extra al día) , horas que no te van a pagar, que no son legales y que se las has regalado a la empresa a cambio de nada.
Yo no sé vosotros, pero a mí no me gusta regalar mi tiempo, y tampoco me gusta moverme fuera de la legalidad. Por indicar un par de datos más, sobre las horas extra y evitaros chanchullos, las horas extra son voluntarias, nunca obligatorias (que si, que ya se las reuniones Gestapo y otros métodos parecen mas de Vito Corelone que de gente de negocios, y parece que es nuestra puta obligación cargar con el peso de la empresa, esa que no es nuestra y que no vamos a ganar mas si sale el proyecto adelante, pero de verdad las extra son horas voluntarias), y si hacéis horas extra y acabáis a la una de la mañana, tenéis que dejar vuestras doce horas de descanso legal entre un día y otro para volver a vuestro puesto de trabajo.
Sea como fuere, han sido muchos los empleados que no han reparado en todos estos detalles, y que algún verano por que se le puso en los cojones a su trilero, este decidió quitar la jornada de verano por sus santos poderes como Manager IT. Como el predicador que absuelve tus pecados, hay trileros que te absuelven de irte a casa y te ponen penitencias muchos más duras que rezar dos padres nuestros.
Recordad que un jefe no es vuestro amo, no le debéis lealtad, la empresa no es vuestra, y por supuesto no estáis obligados hacer todo lo que mande. Realmente si necesitan más empleados, o el proyecto va fatal, debéis preguntarle a vuestro trilero por que no ha tomado medidas o no ha planificado mejor su proyecto (ese del cual se lleva un porcentaje si lo entregáis en fecha). Al final es la historia de siempre, el juego del gato y el ratón. Los trileros y jefazos se venden humo, explotan a sus trabajadores y se llevan la pasta, y los de siempre pringan a destajo, gratis, y sin rechistar.
Ya lo he dicho más de una vez, y espero que os anime si alguno os meten en una reunión Gestapo y os cuentan el cuento de que no hay jornada de verano; las horas extra regaladas no vuelven jamás, y el tiempo perdido es como lo que el viento se llevo…jamás vuelve de retorno.
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