Autocrítica

Tras muchos post dando caña a toda esa calaña (parece una letra de los chikos del maíz) vamos a pasar hacer un poco de autocrÍtica. Como vengo diciendo el mundo de oficina y sobre todo de informática es un oscuro hoyo lleno de fango y mierda de tiranosaurio rex. Sí, claro que los trileros tienen mucha culpa, las cárnicas también, los engañados también, y la sociedad y modo de vida que tenemos implantado también. Pero hoy toca hacer autocritica, quiero girar la cabeza y mirar hacia nosotros, a la clase trabajadora, al currante, al gorilla informático, al obrero, ese que aunque no trabaje en el andamio, y si sentado en una silla frente al ordenador, no deja de ser un trabajador; un obrero de oficina.

Sé que hay muchos loser que dirán “yo trabajo en pricewhaterpoyascoper y tengo portátil, traje y corbata, yo no soy un obrero” pero precisamente por eso es un “engañao”. Somos trabajadores a cuenta ajena, que trabajamos para alguien, para una empresa, y ese alguien o empresa se forra a cuesta de nuestro trabajo.

Este post quiero hacer autocritica mirando a todos esos trabajadores, ese pasotismo y falta de conciencia, como el inmovilismo de los trabajadores los ha dejado vendidos ante todas las injusticias que ya se han hablado en esta web.

No hay lucha, y eso es la mejor noticia para empresas, empresarios, gobiernos y trileros. No hay lucha, y ni siquiera hay protesta o una mínima resistencia. Nos dicen que nos agachemos y bajemos los pantalones y no soltamos un simple “pero es que….”, no, simplemente obedecemos, tragamos saliva y miramos a otro lado, por ejemplo al gran hermano o al césped del Bernabéu.

Puedo entender que alguien con cincuenta años, piense “yo no puedo arriesgar a que me despidan, tengo hijos que van a la universidad, tengo ya muchos años para recolocarme fácilmente, que voy hacer?…” puedo entender todas esas inquietudes y dudas, pero un informático joven, que aguante estar sometido, trabajar gratis, desprecios, abusos y explotación…no lo puedo entender. Si dijésemos que le ha contrato una empresa que le paga muchísimo, tiene grandes condiciones y es muy buena, todavía se puede entender, pero normalmente son jóvenes con contratos de mierda, que ganan una miseria, que están explotados, temporales y totalmente sumergidos en la más absoluta precariedad. No entiendo que les mueve a bajarse los pantalones, a tragar cualquier abuso. Porqué no pensar “que mas me da si me despiden, hay mil cárnicas, tampoco me pagan tanto, el contrato es una mierda, soy joven, puedo encontrar algo mejor, no tengo por que tragar” y los que sois informáticos lo sabéis, que cárnicas sedientas de carne fresca siempre va haber, y normalmente hasta con mejores condiciones. Por eso no puedo entender que no se preste una mínima resistencia ante los abusos.

Nosotros también tenemos parte de culpa, nos hemos dejado domesticar, amansar y llevar a este punto, donde por tener un trabajo de mierda debemos dar las gracias. Es indignante, ¿en qué punto, que generación fue la que se dejo los principios?. Vivimos en un sistema que te hace pensar que es imposible cambiar, que no hay nada mejor, te lo amarillean en la cabeza desde parvulitos, y muchos lo interiorizan, y luego cuando llega la hora de la verdad y de defenderse ante los abusos de poder, simplemente la mayoría traga saliva y aprieta los dientes porque sabe lo que viene después de esa bajada de pantalones.

¿Y por qué no, hacer también un poco de autocrítica? Nosotros; los trabajadores, obreros y peones de las empresas. Porque es cierto que hay empresas explotadoras y jefes “trileros”, claro que es cierto y es una realidad que cualquier de nosotros vive a diario, pero algo tendremos que ver también los trabajadores en la perpetuación de este sistema (aunque no seamos los principales responsables ni creadores).

Porque todos hemos de ser conscientes tanto de nuestras obligaciones como de nuestros derechos. ¿Cuántos de nosotros no conocemos bien nuestros contratos o nuestros convenios, cuantos nos hemos dejado tratar mal por un jefe o aceptar trabajar horas extras sin rechistar y sin reclamar nada a cambio, callando y aceptando, y así uno y otro y otro…? Cuando cualquier de nosotros encontramos un trabajo y comenzamos en el,  y ya se da por hecho que hay que hacer todo lo que te digan y sobre todo no rechistar (Por dios!! Tienes trabajo, es más que suficiente no deberías quejarte). Este pensamiento es lamentable, pero la gran mayoría de las personas lo llevamos incrustado como un instinto intrínseco, cómo caminar con las piernas.

La gran pregunta sería; ¿Por qué no intentamos poner freno a esa situación de abuso, uniéndonos todos? Porque lo cierto es que somos mayoría, si todos nos plantáramos y dijéramos: “No, aquí no hay más horas extra si no se pagan, no vamos a venir ninguno a trabajar el domingo si no hay compensación justificada de antemano, no voy asumir responsabilidades por encima de mi cargo o salario, no voy aceptar esa rebaja salarial…”. Y aquí es donde entrarían los sindicatos (Aclarar que cuando hable de sindicatos excluimos a los sindicatos financiados por el Gobierno; UGT y CCOO que son instrumentos gubernamentales y no de la lucha del trabajador). Los sindicatos, ese mecanismo de fuerza que tenemos los trabajadores y que el sistema se ha encargado de desprestigiar continuamente. No hay unión, no hay defensa y no se cree en estos instrumentos que todos los trabajadores deberíamos usar en nuestro favor para defendernos de todas las agresiones que sufrimos a diario.

Desde mi punto de vista, creo que mucha de la culpa de los abusos que actualmente vivimos los trabajadores (la clase obrera) por parte de las empresas, “trileros”, etc, son también en parte por culpa nuestra. Los gorrillas informáticos, los engañaos, LOS OBREROS, nos hemos dejado engañar por el sistema de manera que ahora somos incapaces que reivindicar nuestros derechos, de quejarnos cuando algo no está bien, de tener conciencia de clase!! Nos hemos vuelto conformistas (da gracias que tienes trabajo), nos hemos vuelto desinteresados (yo voy a lo mío tío lo demás no me importa), nos hemos vuelto gilipoyas (mañana voy al plato del hormiguero y pasado al de Sálvame) y nos hemos vuelto insolidarios (ya están esos putos vagos queriendo hacer otra huelga). Ellos van ganando de momento, pero la lucha no la doy por terminada.

La mayoría de los trabajadores critican fácilmente a los “trileros” durante la hora del café, en el bar con los colegas, en comidas y cenas, o en cualquier otro sitio (sí es que se critican, que en muchos casos ni eso, al contrario los alaban), menos cuando realmente hace falta; En el puesto de trabajo, en las reuniones Gestapo y en esos cara a cara con los trileros. En el puesto de trabajo aguantamos lo que sea, broncas subidas de todo, horas extra a cambio de nada o menos, manipulaciones, abusos y hasta faltas de respeto. Pero lo que más rabia me da es que a parte de tragar toda mierda y que nos caguen encima, lo que también hace gran parte del mundo obrero es criticar a los compañeros que toman conciencia de clase y quieren reivindicar derechos para todos, los que se movilizan, luchan o como mínimo protestan cuando tratan de jugársela. En ese momento el trabajador que quiere cambiar las cosas pasa a ser a vista de todos, el sindicalista vago, el idealista, el soñador, el utópico… llegando a ser incluso motivo de mofa y burla por parte de sus semejantes, trabajadores igual que él, explotados pero que en vez de quejarse besan la mano a aquel que les azota con el látigo.

 

Lo único que queda claro de todo esto, es que nos la han metido doblada y a muchos les ha gustado!

PD. Gracias a mi compi yogui velocípedo por el aporte y colaboración a la hora de escribir este post.

Leave a Comment

Your email address will not be published.

*

7 Trackbacks

  1. Opiniones - INTERESTRELLADO (Pingback)