Subvención o Plomo

Muchos a lo mejor os diréis, pues mucho lío del mundo laboral y tal, pero los trabajadores tienen sindicatos para defenderlos. Otros pensáis “Puag, sindicatos, no valen para nada”. Otros directamente ni piensan ni les interesa nada que no sea la Play, las drogas y beber hasta quedar ciegos.

Personalmente me gustaría hablar hoy de sindicatos, la fuerza que tuvieron, y en lo que se han convertido hoy, y cómo particularmente en el mundo de las TIC y la informática los sindicatos son pequeños o inexistentes.

Hasta la década de los ochenta los sindicatos eran importantes, tenían fuerza y relevancia, incomodaban al poder, eran parte activa e independiente dentro de las nuevas democracias y el sistema burocrático de un país, pero sobre todo eran incómodos para el poder. Y como todo lo que incomoda al sistema, éste lucha por aplastarlo, desprestigiarlo…destruirlo. La era de Reggan y Thatcher fue fundamental para aplastar los movimientos sindicales y progresistas. Algo que se extendió por todo el mundo occidental. Fueron atacados, criminalizados, desgranados y muchos se vendieron al poder.

Yo no creo en un sindicato que tenga financiación directa con el gobierno (como pueden ser CCOO y UGT en España, sindicatos afines al poder con los mismo intereses…eso no puede ser bueno para el trabajador), pero sí que creo en un movimiento sindical independiente, que luche solo y para el trabajador. Para conseguir más derechos y proteger los que ya tenga, lo cual sería una verdadera tarea.

Lo que pasa que estos últimos movimientos, como sucedía en los 80, han de ser aplastados. No quiero explayarme mucho, pero nombraré el ejemplo de Diego Cañamero: un sindicalista ejemplar, independiente y un sindicato (SOC) de los más grandes de Europa y de los cuales el gobierno y élites se empeñan más en destruir (tiene cientos de denuncias absurdas para intentar debilitarlo, ya que le imponen multas para intentar destruirlo…y sí es en España donde sucede esto y no en Venezuela). Pondré un ejemplo rápido, el sindicato monta una huelga o manifestación, el gobierno regional (PP o PSOE) lo aprueba, y minutos antes de la huelga o manifestación lo desaprueba sin informar. El sindicato procede con su manifestación o huelga y MAGIA! Aparece la guardia civil, les tacha de ilegales, radicales y que han contradicho las órdenes del gobierno (las mismas que cambió a última hora y no informó), resultado: una multa de cientos de miles de euros para sabotear económicamente a un sindicato. Un sindicato limpio, libre e independiente…de esos de antaño, de los que incomodan al poder y luchan de verdad por el trabajador. Así funciona el juego sucio del poder para debilitar los verdaderos movimientos sindicales.

Esto es sólo un ejemplo. Los sindicatos o se venden al poder, o el poder y toda su fuerza caerá sobre ellos para hundirlos y destruirlos. Como diría Pablo Escobar: Subvención o Plomo.

Los sindicatos tienen fuerza y utilidad para los trabajadores, siempre y cuando sean independientes, se les respete y todo el peso de la oligarquía no caiga sobre ellos para desprestigiarlos o acabar con ellos. Si un trabajador particular denuncia, es una sola persona con cara, nombre y apellidos, y la empresa le hunde la vida; si denuncia afiliado a un sindicato fuerte tiene ese escudo, que no sólo le protege, sino que vela por sus intereses. El problema como digo, es cuando el sindicato se vende al poder y los intereses de éstos son los mismos que los de la patronal o gobierno, en este caso un sindicato no vale de nada.

Conseguir un sindicato vendido, un sindicato de trabajadores corrupto, dócil, sumiso y que acuerde todo con el gobierno, que vayan de la mano saltando a la comba no sólo está mal, sino que genera esa visión que tiene mucha gente de que los sindicatos son una mierda y no valen para nada. Y en parte es verdad, un sindicato que no lucha por los derechos del trabajador y se suma a los intereses de la patronal o el gobierno no está haciendo su función, por lo tanto de poco vale. Pero no hay que distraerse, ya que eso no es como debería ser, los sindicatos no deberían ser así, como lo son UGT y CCOO….gracias a ellos, y la pasta que ha puesto el gobierno para comprarlos y callarlos, mucha gente opina así…que no valen para nada, y en parte tienen razón y coincido: un sindicato comprado no vale nada, vale un sindicato libre, independiente y que no se venda al poder.

En particular y por ir terminando, en la informática el movimiento sindicalista está muerto o en coma. Ya escribí un artículo sobre este tema. ¿Una huelga de informáticos?. Tienen que pasar muchos años para yo ver algo así. No pierdo la esperanza, pero tampoco soy ingenuo. A pequeña escala he visto cómo se han intentado criminalizar y destruir sindicatos pequeños en empresas TIC. Pondré un ejemplo, se acercaban elecciones sindicales en una cárnica de cuyo nombre no quiero acordarme. CCOO y UGT copaban casi todos los cargos sindicales (liberados sindicales y siervos de los jefes por supuesto) y no querían perder su paste. Eran sindicatos que no defendían al trabajador, que acordaban los despidos y estaban en fase de acordar un ERE con la empresa (a saber lo que la empresa les habría prometido bajo mesa). Otro de los sindicatos CGT estaba moviéndose más, daba panfletos, denunciaba, informaba, incomodaba con circulares y trapos sucios, incluso montaba pequeñas manifestaciones enfrente de la sede. Justo antes de las elecciones, CGT necesitaba más vocales, y fue encontrándolos. El problema vino cuando CCOO y UGT también quisieron reclutar a los mismos, y les preguntaron si querían entrar en lista con ellos, y éstos dijeron “Ey no! Ya voy con CGT gracias!”. CCOO y UGT prestos como buenos siervos corrieron a la dirección de la empresa, y dieron sus nombres y apellidos. Resultado: los que estaban a punto de entrar al sindicato nuevo de CGT fueron fulminantemente despedidos. Evitando así que CGT presentase candidatura.

El empresario no podía arriesgarse a tener un sindicato rebelde y no controlado, un sindicato divergente que le pusiera difícil ningunear a sus empleados. El empresario necesitaba sindicatos afines, dóciles, sumisos, que acepten subvenciones, privilegios y sobornos. Una vez mas: Subvención o plomo. Como si de una mafia se tratase.

Creo que esta pequeña historia (historia real) es un claro ejemplo de lo que sucede a modo global. Los sindicatos vendidos de la mano de los jefes no valen, y los sindicatos libres e independientes que sí podrían valer, se lucha desde arriba para destruirlos.

Hacen falta más Diegos Cañameros. Hace falta un Diego Cañamero en la informática. Mientras los informáticos miran a otro lado, se visten con traje, trabajan en flamantes oficinas, tienen portátiles “tope cool” y van de Pros. Oyen “sindicato” y piensan “puag, eso es de pobres, de obreros de andamio y demás” y no, no es así. Si algún día te despiden, o tu empresa te obliga a hacer horas extra, o no te las paga, o quieren montar un ERE, el que te va a defender y luchar por tus intereses será un Sindicato libre e independiente. El pobre Loser que curra 70 horas semanales en un edificio acristalado y con office con una bonita Nespresso de cápsulas, no se da cuenta de que él no se diferencia mucho (laboralmente) del obrero del andamio, es un trabajador por cuenta ajena, un currante que necesita la nómina a final de mes para subsistir. Ambos son clase trabajadora, y a la clase trabajadora el único organismo que la puede defender y ayudar es un sindicato…siempre y cuando sea libre e independiente, constituido por gente incorruptible.

 

PD. Quiero aclarar para evitar mal entendidos, que las criticas a CCOO y UGT son a nivel nacional sobre todo y a los altos dirigentes de esos sindicatos, los cuales son “coleguis” del gobierno. No pongo en duda que a pequeña escala queda gente dentro de estos sindicatos que sí luche de verdad por los derechos de los trabajadores. Una pena que desde arriba no den ejemplo, si no sólo tenéis que ver las huelgas que llevamos desde que empezó la crisis, todas pactadas con el gobierno y tras haber aprobado recortes/leyes/decretos en contra de los trabajados, nunca antes y siempre a posteriori, ya una vez hecho el mal, y sobre todo pocasmuy pocas huelgas.

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