Durante nuestra vida profesional, y más si nos dedicamos al mundo de las TIC, seguro que todos hemos pasado por un cambio de puesto de trabajo. Algunas veces puede que forzado, y pasando unos mesecitos en el paro, y otras simplemente porque estábamos en una cárnica y nos cansamos y nos queríamos cambiar a otra cárnica que creemos puede ser mejor, o puede ser que nos den más pasta, mejor horario, ubicación.
En definitiva, si llevas unos años en el sector seguro que sabes de lo que te estoy hablando. Llega un momento que decides, o tienes que cambiar de empresa. Si es desde el paro no es tan complicado, haces tus entrevistas, eliges aquello que más te convenga y listo. Cuando estás trabajando para alguna cárnica entonces la cosa se complica algo más. Realmente puedes estar quemado con el proyecto, los gerentes, el trato, un sueldo miserable, nefastos horarios, horas extra no remuneradas, responsabilidad por encima de salario y rango, poco reconocimiento y agradecimiento a tu labor, una ubicación penosa…o puede que incluso sea todo al mismo tiempo, que es lo normal. La cosa es que estamos en una Cárnica y decidimos cambiar a otra por una serie de motivos.
Cuando ya estamos trabajando y nos queremos cambiar de empresa hay que dar varios pasos. Tras una entrevista, o varias, llegamos a un acuerdo con la cárnica a la que nos queremos mudar. El primer paso es recibir un precontrato de esa futura cárnica que va a pasar a explotarnos en los siguientes días. Una vez, y sólo cuando ya tengamos el precontrato firmado pasamos a avisar a nuestra Cárnica actual, a la cual le entregamos una carta de baja avisando de los días que nos quedan por trabajar allí, siempre y cuando queramos quedar bien, es decir: dar los típicos 15 días de preaviso (según el convenio de cada charcutería serán 15 laborales o naturales). A las malas, ésto podríamos hacerlo directamente, llegar un día y decir que es nuestro último día. Esto no penaliza en nada el finiquito, salvo que te descuentan esos 15 días de preaviso, pero lo que te deban de paga extra y vacaciones no se toca.
Una vez con tu precontrato firmado y carta de baja entregada sólo falta firmar tu nuevo contrato e incorporarte con la nueva Cárnica y woala! Ya podrás ser felizmente explotado por un nuevo negrero.
Os quisiera contar una historia, de un antiguo conocido en este repugnante sector. De cómo algo que es simple y debería ser limpio se complicó, y no por parte del Empleado, sino por parte de las cárnicas, las cuales las componen comerciales y gerentes sin entrañas ni ética. Vayamos con la historia:
Antonio trabajaba para “TiExplotoToIto” en un cliente “tope mierder”. Antonio era un currante sin más, hacía sus horas, cumplía con sus labores y curraba lo mejor que podía. “TiExplotoToIto” estaba muy contenta con Antonio, pero eso sí, no le subía ni un maldito céntimo el sueldo porque “la cosa está muy apurada”. Varias cárnicas similares se disputaban el control del cliente, es decir tenían empleados colocados en sus oficinas estratégicamente.
La cosa se complicó para Anonio cuando su empresa le comunicó que había perdido el pliego y lo había ganado justo la otra empresa competidora, una tal “CharcuSoft IT”. Le comunicaron entonces que en unos días debería salir del cliente y volver a la oficina, al banquillo de los desasignados. La cosa es que Antonio estaba bien valorado en el cliente, mucho mejor que la cárnica a la que pertenecía (al final el trato con los clientes, los proyectos y pliegos los curran y ganan los trabajadores con el día a día). Así que Antonio a los pocos días recibió una llamada de “CharcuSoft IT”: querían ofrecerle el mismo puesto de trabajo, en el mismo cliente y con alguna pequeña subida de sueldo (de esas que le negaba su cárnica actual). El cliente pasó su contacto a la nueva cárnica y le dijo que le llamasen para seguir contando con él. Antonio feliz de poder conservar su puesto en el cliente y poder subir algo comenzó con los trámites: precontrato y luego carta de baja a la empresa.
Pero aquí viene el tema. A Antonio, su actual cárnica le preguntó cándidamente que a dónde se cambiaba, y Antonio cometió el error de decirlo. La gerente directora de “TiExplot ToIto”, una tal Cruela DeVil con un cuadro psicótico digno de una fusión de Charles Manson y Calígula, entró en furia, en modo SuperSayan. Iba a perder un recurso muy económico, y no sólo eso, se iba a la competencia, y no sólo eso, ganando mas. Cruela ciega de rabia decidió torpedear la futura incorporación de Antonio a la cárnica rival. Igual que en el mundo laboral a baja escala todos acabamos conociendo a mucha gente a lo largo de los años, al nivel de los jefazos pasa lo mismo, y dio la casualidad de que Cruela tenía un importante contacto en “CharcuSoft IT”. Llamó y dijo que Antonio era tal y cual, y una peste bubónica de empleado vamos. Desconozco los detalles del discurso lleno de odio y maldad que debió soltar, pero al día siguiente lo que sí sé, es que RRHH de ““CharcuSoft IT” llamó a Antonio para echar atrás su futura incorporación alegando…no sé qué de unos unicornios de Narnia que estaban de huelga.
Así pues, Antonio pidió anular también todo en su actual cárnica y al final siguió allí durante mucho tiempo. Cruela ganó esa batalla, jodió a uno de sus mejores empleados y le mantuvo sometido a sus caprichos y con un salario congelado durante años.
La moraleja de esta historia no sólo es que hay gente muy hija de puta, o gente trastornada, o sin escrúpulos. Tampoco es que los gerentes, directivos, comerciales y demás sean siempre todos unos desalmados, que también lo son, a todo esto. La moraleja es que cuanto menos sepan menos podrán putearte. El único error de Antonio fue ser legal, ir con la verdad e intentar quedar bien con su empresa. A cambio recibió una jugarreta de una bajeza humana tremenda.
Cuando os cambiéis de empresa recordad la anécdota y el dicho: en boca cerrada no entran moscas, como diríamos en el mundo TIC, en boca cerrada no putean trileros.
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