The Amancio`s People

En plena crisis del coronavirus, saltan las noticias: Amancio dona miles de mascarillas, Mango cede otros cuantos millones en batas, El corte inglés dona ropa a kilos, Iberia kits de higiene a cascoporro, el Rey dona sus 100 millones de euros del cohecho de Arabia Saudí…¡ah no!, este último ni siquiera eso (y se supone que es el primero de los españoles). En fin, que los milmillonarios y empresas más ricas del país deciden contribuir ante esta grave crisis. Y como en otras ocasiones, donar millones para otras causas.

Quiero decir que estas donaciones no tienen nada de malo, están muy bien. Las aportaciones en sí, no deberían ser criticables.

Pero tienen “peros”. Tienen matices. Matices previos.

No voy a criticar ninguna de sus donaciones o aportaciones, no soy idiota. Voy a comentar la falta de otras acciones. Esto no tiene nada que ver con sus donaciones. Aclarado este punto vamos allá.

El argumento fácil

El argumento que se nos expone es muy simple, muy fácil, todos estos están ayudando y tú no, o ya no tú, otros no hacen nada. Ellos son buenos españoles solidarios y tú y todos los demás unos mugrosos que solo se quejan de estos “ricos” por “envidia”. 

Son dos maneras de verlo: hay gente que se enorgullece sin pensar más allá de la donación y la noticia, y otros que hurgamos más y le damos dos vueltas al tema, hacemos un post como este y recibimos palos e incomprensión.

Como digo, mucha gente no piensa mucho más allá del titular (noséquién dona tantísimos millones, fin) y tragan la noticia sin pensar mucho. Sin digerir. Listo, ya hay un veredicto colectivo: “Ellos son unos buenos españoles, emprendedores y nacidos de la nada, y generosos hasta decir basta, y otros, pura mierda.Tú el primero por hablar/opinar mal de ellos”. 

Recalcando lo dicho al inicio del post: está bien que ayuden ahora, están bien sus donaciones, pero: ¿Y el resto del año?. Esto no debería ser como lo de ir a misa el domingo y los siguientes seis días ser más malo que satanás. 

El Pez más grande de todos.

Comentemos el caso de Amancio, que tomaremos como ejemplo para intentar explicar mi punto de vista. Un señor que tiene su fortuna en base a la explotación de trabajadores en países subdesarrollados, en fábricas mugrientas, sin seguros médicos, sin derechos laborales, precarizados y cosiendo por platos de arroz (incluso niños).

 

 

Y que mediante ingenierías fiscales y demás tejemanejes se ahorra contribuir en las arcas públicas del país unos 600 millones de euros.

A parte de ganar su dinero (a mi parecer) de forma poco ética, evita pagar sus impuestos, se acoge a SICAV (sólo paga el 1% de sus ganancias, cualquier trabajador contribuye más de diez veces ésto), cambia la sede de sus empresas para ahorrarse impuestos, lleva su dinero a paraísos fiscales para no declarar. Pero eso sí, luego toma 300 millones, 8 millones, o un puñado de mascarillas y los dona. Algo que para muchos perdona el resto y lo transforma en un héroe de referencia, un objeto de admiración patrio y chabacano.

Esto sí es criticable.

Porque, digo yo: ¿No le hubiese salido más rentable al estado, a los españoles y a España que este señor contribuya al país y de manera proporcional, pagando sus tasas e impuestos? Lo diré de otra manera, y en forma de pregunta, y es una pregunta de escoger A o B, no es una pregunta a la que puedas contestar con: “pero es que…”, “porque…”, “Sí, pero…”, es elegir una opción, y por favor con la más absoluta sinceridad:

Os dan opciones ¿qué prefieres?: 

Opción A: que Amancio pague sus impuestos y su recaudación fiscal acorde a su fortuna y sin ingenierías fiscales ni tejemanejes (el estado español recauda 600 millones y seguramente muchos más). 

Opción B: que Amancio evite su contribución con diversas técnicas (contribuya al estado español con 0 Euros), y done 300 millones en lo que a él le parezca, en lo que él decida.

Ahora la cosa se complica.

No es tan simple como “son héroes españoles que dondan y tú no”. 

La segunda consideración es que, a mí personalmente, no me gusta que un señor millonario o empresas decidan cómo tiene que ir el país, y cómo redistribuir el dinero. Me explico, si elegimos la opción A de la pregunta anterior, el estado español recauda 600 millones que se distribuirán en diversas vías (mediante organismos oficiales y nacionales) para garantizar el estado de bienestar (siempre y cuando a nuestros queridos políticos no les dé por corruptear y robar, pero esto ya lo hemos comentado muchas y veces, y para el artículo que toca es harina de otro costal), en fin, que la opción A inyecta a las arcas públicas un dinero que no sólo va para mascarillas o máquinas contra el cáncer, sino que va para todos: para los diabéticos, para máquinas de diálisis, resonancias magnéticas, prótesis, bisturís y demás. 

Si elegimos la opción B, estamos haciendo que un señor decida qué donar y a qué donar. Cómo y cuándo. Es él solito el que balancea ese capital a donde a él le parece. 300 millones para lucha contra el cáncer….¿y los diabéticos?, ¿y las máquinas que hacen falta para diálisis?, ¿equipos de radio frecuencias y resonancias?. La labor de redistribuir los impuestos del estado es del propio estado, no de un señor apuntando con el dedo a una causa (que encima queda muy bien para limpiar su imagen) y decidiendo él por todos los españoles.

Llamadme loco, o apátrida, o mal español. Prefiero la Opción A.

La cosa queda así: están muy bien esos 300 millones donados para la lucha contra el cáncer, o los millones en material y ropa que haya donado contra el coronavirus, o cualquier otra aportación en cualquier otra causa. No hay que ser un idiota obtuso y criticarlo sin más y porque sí; esas donaciones, repito, están muy bien. Ahora, estaría mejor si cumpliese con la otra parte. Las dos cosas sería lo suyo: si contribuyese como todos y proporcionalmente y ADEMÁS, donase. Eso sí le convertiría en un héroe y su donación en un gesto noble y desinteresado. Un héroe español.

Como dijo Galeano, la caridad es humillante, porque se ejerce de arriba abajo, lo justo es la solidaridad. Sería mucho mejor que Amancio fuese solidario pagando proporcionalmente como todos, y luego ser aún más solidario haciendo un extra de donación.

Estamos usando a Amancio como ejemplo porque es el pez más grande del estanque, pero esto se puede extrapolar a todos los multimillonarios, empresas y multinacionales que de pronto hacen “desinteresados” donativos y aportaciones. Aportaciones que casualmente aparecen siempre en los medios a bombo y platillo, con el objetivo de que al ver la noticia, si no piensas un poco más allá del titular, pienses: “qué bien, qué majos, sí señor, qué bien lo hacen, esos sí que molan, eso es ser buen español, olé olé, toros, vinito y viva España”.

Luego está la otra vertiente, la de: “ya ya, mucho criticar tú a Amancio, pero Wyaoming, Évole, Cintorra, Anabel Alonso y tal, pero esos no han donado nada. Tú tampoco has donado nada puto loser”. Esos (y por ellos no pongo la mano en el fuego) y yo, sí hacemos algo que no hacen los multimillonarios: pagar nuestros putos impuestos.

Reflexión

Centrándonos en nosotros, la gente trabajadora, los que tenemos nómina. Es sangrante, y debería ser moralmente obligatorio la indignación al comprobar cómo a nosotros que curramos por el salario mínimo o unos cientos de euros más, nos pide y exige el estado porcentajes de contribución brutales en comparación con todos estos millonarios.

 

Contribución que pagaríamos gustosamente si supiéramos que no la van a robar, o despilfarrar o malgastar en corruptelas y demás desfalcos que hacen nuestros gobernantes.

Nuestros lobos, no cuidan a las ovejas, recordadlo.

Luego llega un señor multimillonario, una empresa o una corporación multinacional con miles de millones de beneficio en sus cuentas, y mediante ingenierías fiscales y sicav sólo contribuye un 1%

 

Esta crisis nos va afectar a todos. Pequeños, medianos y grandes. Ellos, los mas grandes, van a ser los mas afectados en proporcionalidad (económica sobre todo) y están perdiendo millonadas con sus negocios cerrados. Normal y lógico también son sus esfuerzos “desinteresados” en que esto se recupere. Ellos tienen empresas, propiedades, cuentas en suiza, yates, mansiones, un dinero en acciones y beneficios, un capital que ahora con el chiringuito cerrado no esta fluyendo. Su estilo y ritmo de vida necesita la recuperación de la maquinaria del libre mercado, la necesita ya, quizás esto también motive estas donaciones y contribuciones que parecen tan altruistas. Otros, los currantes y trabajadores por cuenta ajena ya se enfrentarán a otros problemas y cuestiones (como comente en el articulo anterior)

Los de abajo, los currantes, alguien que curra por mil o dos mil euros está más cerca del mendigo, que de Amancio, y esta simple regla de equidistancia ganancial debería hacernos reflexionar dos cosas: 

¿Por qué no me indigno con el tema del desfalco de las élites?

¿Por qué alabo a “españoles de bien” como Amancio, si en verdad no lo son?

Quizás por los medios, por falta de espíritu crítico, por no pensar las cosas dos veces.

Tú decides, pensar o no, reflexionar o no, tener espíritu crítico o no, tener conciencia de clase o ser del flamante grupo de “la gente de Amancio”, de The Amancio`s People.

 

postdata

Algún cuñao me dirá ahora lo de: “Bien que compras en Zara o tiendas del estilo que explotan y mierdas, eres un falso, demagogo, cínico, mugroso, bolivariano, etarra…”. Desgraciadamente en este puto sistema, todo funciona parecido. Ser de izquierdas no te hace monje budista. La diferencia es que yo gano mi dinero legalmente sin explotar a nadie. Y por último, para toda esa gente, citaré un poema (“Pobreza”) de Patricia Olascoaga: 

«Detrás de una camiseta de tres euros
hay dos pobres:
el que la compra
y el que la cose.
Cada uno en una parte del mundo.
En el medio el explotador,
que une la necesidad de dos pobrezas
en su beneficio».

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